A 2 meses
de dejar de laborar como profesor de diseño en CESGRO me veo afligido en los sueños del ayer que impidieron darme “vida”
en mi natal pueblo y es que la mentada “falta de oportunidades” se hace
presente al grado que ocasionalmente me pregunto si carezco de aptitudes o
actitudes; ciertamente en el camino de “pertenecer” o “ser parte” de una
empresa está en juego la inminente necesidad individual, justo donde nada
concuerda.
Conozco mi
estilo y mi trabajo lo vivo sin embargo de intenciones plagado el mundo está.
Siento coraje de pensar en dedicarme a otro oficio y sin embargo estoy seguro
de que nunca dejaré de dibujar pues ha sido un vicio que tengo desde la infancia.
Intento
vivir y disfrutar cuanto me es posible ya que he tomado malas decisiones una y
otra vez al ritmo de un curioso aprendiz (quisiera pensar).